(post-production)
Cuando llega el verano, el sol devasta todo resto de vida en la dehesa extremeña y el paisaje permanece doblegado en el sosiego de las horas de sol. La vida de las gentes del campo es relegada a la sombra de los árboles, en un largo contemplar de la naturaleza inmóvil.
Al suroeste de Extremadura, Juan y Bruno, hermanos e hijos de yunteros, resisten al paso del tiempo bajo el amparo de una atávico olivar de más de 400 años. En la ausencia de su hermano, Juan comienza a percibir algo extraño sobre las copas de los olivos. El silencio de los olivos es interrumpido. Un ser, invisible, que por momentos habita en las copas de los árboles y duerme en las raíces. Juan decide iniciar una búsqueda mística, un viaje interior a través del paisaje.